La evolución de las técnicas de impresión permite nuevas maneras de representar la realidad. Se eliminan detalles, se destacan los rasgos diferenciales y toma protagonismo el texto. Los retratos se utilizan tanto para anunciar viajes como para decorar objetos de promoción.
A finales de siglo XIX creció la producción editorial y se desarrollaron nuevas técnicas de reproducción: la xilografía, la calcografía, la litografía y la cromolitografía. Las limitaciones técnicas de impresión todavía no permitían reproducir las fotografías; para poder publicarlas era necesario copiarlas y hacer grabados. Los dibujantes y los grabadores trabajaban para los medios de comunicación y para las navieras, tanto para anunciar sus viajes o personalizar los documentos como para decorar objetos de promoción.
A mediados del s. XIX el invento de los grabados fotomecánicos hizo aumentar el valor científico e informativo de las ilustraciones. El monotipo (1884), la linotipia (1887) y, más adelante, las técnicas tipográficas serán sustituidas por técnicas fotográficas, como la fotocomposición.
Las empresas navieras, sobre todo las que transportan pasajeros, encargan a los diseñadores gráficos sus campañas publicitarias. El diseñador, a diferencia de los retratistas anteriores, elimina detalles, destaca los rasgos diferenciales e incluye siempre el nombre con el fin de identificar el barco.